Voy a hablaros de Cristina. Desgraciadamente, ya no está con nosotras (haces unos días se cumplieron 10 años de su muerte). Cristina era una de las mejores amigas de mi madre y, por ese motivo, decidieron ponerme el mismo nombre. Desde que era pequeña se convirtió en una persona muy importante para mi porque me veía reflejada en ella. Podía pasar mucho tiempo escuchándola hablar de sus viajes, de sus experiencias, de su esfuerzo por dar siempre lo mejor de sí misma cuando la ocasión lo requería, de su rechazo a cualquier tipo de dependencia porque lo que más valoraba era su libertad (no siempre comprendida por quienes la rodeaban). Su vida me parecía una completa aventura y quería emularla en todo. Cuando ya fui siendo mayor se convirtió en una confidente. Podía hablar con ella de cosas que, en ese momento, sentía que nadie más iba a comprender. No creía en cuentos de príncipes ni princesas. Quien quisiera estar con ella tenía que comprender que no iba a renunciar a sus viajes acomp
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